Si ayer veíamos "haute couture" hoy les ofrecemos la versión prêt-à-porter, más llevadera para toda ocasión puesto que se cabe por la puerta del súper. Nótese como estiliza y alarga la figura sin perder la sencillez.
Al que está tumbao no se lo están comiendo (todavía)
Oiga, pues estos aún se parecen más a David el gnomo en versión plumero.
ResponderEliminarNo tienen ustedes sensibilidad, de verdad
ResponderEliminarQue por estas fotos que cuelga me he acordao de un álbum de cromos que tuve hace algunos milenios. No recuerdo el nombre de la colección, pero sí el de la editorial porque me daba risa: Editorial Maga. Qué álbum más guay... Las ilustraciones eran perfectas, había sección de animales, plantas, minerales, razas humanas y yo que sé qué más. Por ese entonces yo quería ser como la holandesa, rubiojoazulada, con ese tocado flotante blanco casi como el de las monjas de Roma de Fellini, la cara blanquita y sonrosada y un enorme ramo de tulipanes de colores al lao. Sí, quería ser holandesa, qué tontería. A ver si sería porque estaba colgada de Neskeens.
ResponderEliminarHelter ¿usted se refiere a «La Naturaleza y el Hombre», publicado en 1967? que tengo la duda de si será ese u otro anterior, que igual en esa época ya era muy mayor para cromos.
ResponderEliminarSiempre a sus pies.
Yo creo que habla de una que salía la familia bantú, con su abuelo bantú, su abuela bantú, su matrimonio bantú con sus chozas y su hijo y su hija bantú, y había otras seis cartas con sus componentes árabes, y la familia hindú y unos tiroleses (u Holandeses?) y una familia flamenca (de sevillanas) y una familia de indios (de las praderas) que era los que a mí me privaban, por las trenzas de la indita,que yo le tenía envidia por que me cortaron el pelo al dos por motivos que no vienen al caso
ResponderEliminarHala, esas cartas también las tuve yo, que eran unas cartas para componer núcleos familiares biparentales ejemplares de diversas etnias. Que tenían las cabezas como de pastor de chrisma. Sí. Qué recuerdos.
ResponderEliminarEsas cartas aún las tengo yo, que se las compré al enano. Bueno, como siempre, cuando me encapricho de algo digo que lo compro para él, pero es mentira, que me lo compro para mí.
ResponderEliminarSacaron una edición de las cartas estas en la que ¡habían quitado los abuelos! y gracias a eso habían colado una familia más. Luego se ve que no triunfó y reeditaron las de toa la vida.
De ahí a la eutanasia activa pa los jubilaos va un paso de ná.