Llevo mes y medio , por esto de hospital arriba- hospital abajo, invirtiendo en taxis como para que me hagan accionista.
Lo que me faculta, por la amplitud del muestreo superior a cualquier test de los mejunjes de belleza que anuncian en la tele, a tener opinión bien informada sobre el gremio.
Que me faculte no quiere decir que la tenga. Nada desde el exterior te dará pistas sobre lo que te encontrarás una vez introducido en el habitáculo.
Conozco algún taxista en su faceta humana normal con sus dos paticas extendidas y en funcionamiento, pero no he tenido la jodida suerte de pillarlos de servicio.
Están los que entienden que la eficacia en su oficio es equivalente a tener el coche siempre en movimiento, así signifique que avancemos de tres centímetros en tres centímetros consiguiendo que salgas del vehículo apta para las pruebas físicas de unas oposiciones a astronauta.
Están los que en el trayecto te arreglan el urbanismo, el tráfico rodado, la expo pasada, las no olimpiadas de Madrid, la crisis financiera, el cambo climático, el botellón, la gripe A y el cambio de hora. Uno, cuando volví en mí tras intentar seguir su vertiginosa conersación, me estaba contando que había estao de mercenario en el Líbano.
Total, que también sales con mareo de astronauta.
El otro día , supongo que por confusión aparecieron dos taxis a la vez a recogerme. ¡Jodo, yo pensaba que eran amiguicos por ser de la msma compañía!. Estuve a punto de proponer que me desmembraran como al niño del juicio de Salomón, cuando pensé :para quieta que ninguno de estos es tu padre, y , en estos momentos, aunque lo fueran te parten sin guardar las proporciones . Me monté en el que tenía más cerca y dejamos al otro dando voces.
Esto sirve de entrenamiento para si te quieren raptar unos alienígenas.
El último ha sido el más raro. Cuando aún faltaban cinco minutos para llegar a destino apaga el taxímetro y me dice : quito esto. Pensando que por el motivo que sea el aparatejo marca más de la cuenta le pregunto : ¿Y eso?
Que sube mucho y la vida está mu cara.
Cuando bajé aún estuve un ratico mirando a ver si llevaba capa de supermán o plumas de ángel exterminador o algo.
Pero de cuando en cuando miro a mis espaldas
Así que he decidido ir de astronauta diplomada, me incrusto los cascos del móvil con la música a toa pastilla , autista total y que salga el sol por andequiera.
Y sacar más tiempo y pasarme al bus donde me encuentro con marcianos de andar por casa.
En familia, que coño.
¿y dejar de escuchar la COPE? ni lo piense.
ResponderEliminarAl ver sus fotos de Lisboa me doy cuenta de que debí habervisitado el Oceanográfico, el acuario, vamos.
Que igual es eso,lady, que desde que les falta el Toslosantos han perdío el Norte.
ResponderEliminar(Oceanográfico.
Que ya me he vuelto ha inventar un palabro ¿no?.Meca. Menos mal que ya no está el Lázaro Carreter, que si no me encorría con la alpargata)
¡Ya está! le hizo una foto a una gamba lisboeta, le robó el alma y luego llegó la venganza. Lo normal. Son bichos muy sensibles. Imagínelos, por fuera tienen caparazón duro, pero por dentro son todo mullidito. Es gente sensible.
ResponderEliminarPuf, yo siempre pillo a taxistas que oyen Cadena Dial o fútbol. Que mal rato paso hija.
ResponderEliminarProbaré con los cascos, vale, pero no espero mucho: soy de labia fácil . Que parece que hago un feo si no contesto y me trago cada chapa..ays..un sinvivir.
¡Coño, si aún dirá que es un robao ¿Pues no ve como posó Harry? Previo pago de entrada del superacuario. Vale que no es como una fiesta del Pachá Ibiza,pero no me parece justo.Es más,puede ser que yo fuera la única que no iba con el flash, que no se podía ir con flash y tol mundo con flash.
ResponderEliminarNo se les puede dar opción , laMima, de corazón se lo digo.Bajo ningún concepto deje que sus ojos se encuentren con el del taxista en el retrovisor: es el principio del ritual de caza.
"océanográfico" me gusta... y esta es la reflexión filológica de hoy. ala pues.
ResponderEliminar